lunes, 5 de julio de 2010

La prueba del delito!


Una esbelta mensajera hace entrega a Sergio Puertollano, director de la agencia Villa Mcluhan comunicación, de un paquete de una voluminosidad importante. El contenido del mismo, un sobre, una pequeña caja blanca y una bolsa de similar color.
El sobre, perfectamente hermético, incluye una carta. En ella, unas palabras que dicen así:

Dentro de este mismo sobre donde se encuentra la carta que acaban de leer, se encuentra un total de 16 piezas de igual tamaño y misma resolución grafica que los diseñadores de Villa Mcluhan, Oscar Aznar y Javier Ayechu, deben colocar de manera que formen dos fotografías, cada una compuesta por 8 recortes donde se ve a la cafetera amordazada en el momento en el que fue secuestrada dentro de la propia villa. En el dorso de estas fotografías, se encuentra escrita la prueba que debe realizar la guapa y rubia ejecutiva de cuentas de Villa Mcluhan, Elena Izco, que debe enfundarse el disfraz que se encuentra dentro de la bolsa de papel conquedor verjurado de 160 gramos, salir a la terraza del segundo piso de la villa y gritar: ¡Soy villana!, todo una declaración que por la gran atracción mediática de la señorita Izco, será recogido por las revistas más importantes del papel cuché de este país.
Tal como dice la carta, en la pequeña caja de color blanco se encuentra una pieza de la cafetera, el filtro, también conocido como el riñón de la cafetera. Con este envío queda de manifiesto que la cafetera se encuentra secuestrada por algún tipo de jugador de ajedrez ruso o de encajador de bolillos francés. Gente conocida por su gran mente estratégica y que se mueve en este tipo de situaciones como Villa dentro del área.

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